BACO Y ARIADNA
Fue DÁNAE, fue Calixto, fue Diana,
fue Adonis y fue Baco, fue Cupido;
la cortesana azul mar veneciana,
el ceñidor de Venus desceñido,
la bucólica plástica suprema.
Fue a toda luz, a toda voz el tema.
¡Oh juventud! Tu nombre es el Tiziano.
Tu música, su fuente calurosa.
Tu belleza, el concierto de su mano.
Tu gracia, su sonrisa numerosa.
Lúdica edad, preámbulo sonoro,
divina y fiel desproporción de oro.
El alto vientre esférico el agudo
pezón saltante, errático en la orgía,
las más secretas sombras al desnudo.
Bacanal del color: su mediodía.
Colorean los ríos los Amores,
surtiendo en arco de sus ingles flores.
No ignoran las alcobas ni el brocado
del cortinón que irisa la escarlata
cuánto acrecienta un cuerpo enamorado
sobre movidas sábanas de plata.
Nunca doró pincel en primavera
mejor cintura ni mayor cadera.
Todo se dora. El siena que en lo umbrío
cuece la selva en una luz tostada
dora el ardor del sátiro cabrío
tras de la esquiva sáfica dorada;
y un rubio viento, umbrales y dinteles,
basamentos, columnas capiteles.
La vid que el alma de Dionisos dora,
del albo rostro de Jesús exuda,
y la Madre de Dios, Nuestra Señora,
de Afrodita de oro se desnuda.
Vuelca el Amor profano su áureo vino
en los manteles del Amor divino.
¡Amor! Eros infante que dispara
la más taladradora calentura;
venablo luminoso, flecha clara,
directa al corazón de la Pintura.
¿Cuándo otra edad vio plenitud más bella,
altor de luna, miramar de estrella?
Pintor del Piave di Cadore, eterno,
dichoso juvenil, vergel florido,
resplandeciente río sin invierno,
en el monte de Venus escondido.
Sean allí a tus prósperos verdores
Príapo el pincel, Adonis los colores.
Unos apuntes de leugua
Este poema fue escrito por Rafael Alberti, escritor español perteneciente a la generación del 27. Nació en 1902 en el Puerto de Santa María (Cádiz) y falleció en el mismo lugar en el año 1999, se le considera uno de los mayores escritores poéticos de la conocida “Edad de Plata” de la literatura española.
En este poema Alberti, además de resaltar a una joven muy bella, hace referencia al paisaje que aparece alrededor del cuadro y de la función embellecedora del mismo.
La joven es descrita de manera sensual hasta el punto de referirse a ella como un amor profano.
En la penúltima estrofa el autor se refiere de nuevo a la belleza de manera retórica ya que, según él, nunca ha visto tal belleza, finalmente en la última estrofa hace referencia a la eterna juventud del pintor.
En este poema aparecen principalmente tres temas: el amor, de forma sensual y profana hacia la joven; la naturaleza, como una forma de embellecer la obra y la mitología, sacada de la metamorfosis de Ovidio.
Contrastando nuestra opinión con la del autor, quizá coincidimos en que la juventud es mu efímera, mas a diferencia de él, la juventud no es la única etapa disfrutada de la vida, ya que todas las etapas en su conjunto, la niñez, la adolescencia, la juventud, la vida adulta y por último, pero no por ello menos importante, la madurez, han de ser disfrutadas por el ser humano, ya que cada una de estas aportará algo distinto a la vida que acabará forjando nuestra personalidad.
Día a día no notamos los momentos que nos regalan cada una de ella y nos empeñamos en pensar etapas pasadas o futuras, haciendo una comparativa con la vida presente, creyendo que las etapas venideras serán mejores que las vividas; o bien, echando la vista atrás y rememorando con cierta nostalgia todos los momentos vividos, las personas que aparecieron y desparecieron y las emociones o sentimientos que acompañaban a esos sentimientos y personas y que hacían algo único de cada momento.
Pero la mayoría de las veces nos olvidamos de lo más importante y esencial de la vida: disfrutar el presente. Haciendo referencia al tópico literario “Carpe Diem” hemos de decir que quizá esta sea la parte más olvidada de una vida aunque no tendría por qué serlo, ya que si nos dejásemos llevar por nuestras emociones e intuiciones estaríamos realmente siendo quienes somos, sin dejarnos influenciar por nadie, ni por las consecuencias que esto pueda tener con visión al futuro y sin compararlo con experiencias con referencia al pasado.
Esto es realmente el Carpe Diem, vivir el momento, por tanto pensando que la única etapa que realmente se disfrutas es la juventud estaríamos en cierta forma ignorando lo que dice este tópico y realmente no disfrutaríamos de nuestra, al fin y al cabo, efímera vida y de los detalles que marcan cada etapa y momento de la misma.
El poema está constituido por ocho estrofas de versos decasílabos, eneasílabos y dodecasílabos, por tanto nos encontramos con un poema de versos de arte mayor cuya rima es: (ABACC, DEDEFF, GHGII…) en las ocho estrofas por igual. También cuenta con gran variedad de recursos estilísticos, como por ejemplo:
-Anáfora: “Fue Dánae, fue Calixto, fue Diana,
fue Adonis y fue Baco, fue Cupido”.
Ya que se repite una misma palabra, en este caso “fue”, al principio de los primeros versos.
-Epíteto: “Azul mar”. Ya que se califica a un sustantivo con un adjetivo que le es inherente, porque ya se sabe que el mar es azul sin necesidad de que se diga.
-Personificación: “La cortesana azul mar”. Ya que se le atribuye una cualidad humana (cortesana) a algo que no lo es (mar).
-Apóstrofe: “¡Oh, juventud!”. Ya que se produce una exclamación a seres animados o inanimados; en este caso, a la juventud.
-Paralelismo: “Tu música, su fuente calurosa.
Tu gracia, su sonrisa numerosa”.
Ya que estos dos versos presentan la misma estructura gramatical.
-Personificación: “Sombras al desnudo”. Ya que se le atribuye una cualidad humana (desnudarse) a algo que no lo es (sombras).
-Sinécdoque: “Un cuerpo enamorado”. Ya que se refiere a una parte (un cuerpo) por el todo (una persona).
-Asíndeton y enumeración: “Basamentos, columnas, capiteles”. Ya que se omite el nexo “y” y se enumeran una serie de elementos.
-Asíndeton: “Pintor del Piave di Cadore, eterno, dichoso juvenil, vergel florido, resplandeciente río sin invierno, en el monte de Venus escondido.”. Ya que se omite el nexo “y”.
- Encabalgamientos en la tercera, cuarta, quinta y séptima estrofa:
“El alto vientre esférico, el agudo
pezón saltante, errático en la orgía…”
“ No ignoran las alcobas ni el brocado
del cortinón que irisa el escarlata…”
Una pequeña biografía sobre Tiziano...
Tiziano fue un pintor italiano, el miembro más importante de la escuela veneciana del siglo XVI. Nació en Pieve di Cadore. Durante su vida fue llamado a menudo de Cadore, tomado del lugar de su nacimiento; y murió de fiebre en 1576. Sobre su niñez y educación podemos decir que a la edad de diez a doce años él y su hermano Francesco fueron enviados a un tío en Venecia para encontrar un aprendizaje con un pintor. Sobre su familia podemos decir que era el hijo de Gregorio Vecelli y su esposa Lucía. Su padre era superintendente del castillo de Pieve di Cadore . Sobre su vida amorosa sabemos que la esposa de Tiziano era Cecilia, tuvieron dos hijos Pomponio y Orazio. En 1530 Cecilia murió y Tiziano se volvió a casar, pero se sabe muy poco sobre su segunda esposa. Su hijo favorito era Orazio, quien se convirtió en su asistente.
Simbolismo en la obra
De izquierda a derecha en la pintura: Ariadna, Baco, Sátiro (debajo de Baco), Náyades (con serpiente enroscada), Laocoonte (con corona de laurel).
ARIADNA: Era hija de Minos y Pasífae, que eran los reyes de Creta que atacaron Atenas tras la muerte de su hijo Androgeo. A cambio de la paz, los atenienses debían enviar siete hombres jóvenes y siete doncellas cada año para alimentar al Minotauro. Un año, Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, marchó voluntar con los jóvenes para liberar a su pueblo del tributo.
BACO: es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega, como hijo del dios principal Zeus (Ζεύς en griego antiguo). Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias lo presentan como «extranjero».
SÁTIRO: Criaturas masculinas que en la mitología griega acompañaban a Pan y Dioniso, vagando por bosques y montañas. En la mitología están a menudo relacionados con un desaforado apetito sexual.
LAOCOONTE: Era el sacerdote de Apolo Timbreo en Troya, casado con Antiopa y padre de dos hijos. Según el relato de Virgilio en la Eneida, después de que los sitiadores aqueos hubieran simulado una retirada, los troyanos encontraron un caballo construido de madera en las puertas de Ilión.
NÁYADES: eran las ninfas de los cuerpos de agua dulce (fuentes, pozos, manantiales, arroyos y riachuelos), y encarnaban la divinidad del curso de agua que habitaban, de la misma forma que los oceánidas eran las personificaciones divinas de los ríos y algunos espíritus muy antiguos que habitaban las aguas estancadas de pantanos, estanques y lagunas, como en la Lerna premicénica de la Argólida.
Ahondemos en la pintura
El autor de la obra fue el artista italiano Tiziano, hizo esta obra entre los años 1520-1522 con un óleo sobre lienzo. La obra pertenece al estilo renacentista italiano y actualmente se encuentra en el museo “National Gallery” de Londres. La temática del cuadro es el encuentro de Baco con Ariadna, narrado según las fuentes de los poetas latinos Catulo y Ovidio. Ariadna, que acaba de ser abandonada por Teseo, se ha despertado hundida en el desconsuelo. Baco trata de reconfortarla diciéndole palabras de amor y bajándose del carro. Consigue, finalmente, atraer entre sus brazos a Ariadna. Domina la composición un triángulo principal, formado por Ariadna, Baco y la bacante de los címbalos, cuya postura viene a remedar la de Ariadna. Conforman el resto del séquito un pequeño fauno arrastrando una cabeza de ternero y un fornido sátiro ceñido con serpientes, que quedan en primer plano; les siguen una bacante con pandereta en mirada cómplice con el sátiro que porta el tirso y alza un pernil; quedando por detrás, más al fondo, un sátiro soplando un cuerno junto al burro que monta el ebrio Sileno y un porteador de vino. Además de una urna con la firma del pintor y un perrito. Pese a que cada una de ellas transmite un estado de agitación, el conjunto mantiene un cierto aire contenido de innegable tono clásico, sólo quebrantado, en parte, por la actitud de los dos protagonistas. El gesto de Ariadna, la posición del grupo de estrellas, justo por encima de su cabeza, y el ademán del brazo derecho de Baco, parecen aludir a que el dios , al descender súbitamente del carro, arrebata la corona de Ariadna para lanzarla al cielo. El cuadro es admirado por su armónico colorido. Tiziano trata de explotar al máximo el fulgor de pigmentos, que posean la mayor plenitud de color, evitando combinarles entre sí y reforzando su intensidad mezclándoles con blanco o utilizando veladuras; explota también los efectos de textura para dar variedad a las áreas de color puro, como en el ropaje amarillo bajo la urna, en el que casi todo el modelado de los pliegues se ha conseguido con pinceladas. El azul de ultramar es el color predominante en la obra, ya sea puro (en el ropaje de la bacante con címbalos y las zonas de tono más oscuro del manto de Ariadna) ya mezclado, en distintas proporciones (en el cielo o en las zonas de tonos claros y medios de los ropajes) e incluso añadiendo a esta mezcla un poco de laca roja (para el apagado y delicado malva del ropaje de la bacante con la pandereta). La reputación de Tiziano como colorista hizo pensar que trabajaba directamente la obra con el color, pero los reflectogramas de algunas de sus obras muestran, que comenzaba con el dibujo de un esbozo, a modo de tosca guía, de los elementos principales de la composición. En el caso del Baco y Ariadna están presentes, tanto la línea ancha y fluida de los contornos, por ejemplo, de los guepardos, como la línea más fina requerida para trabajos de mayor precisión como, por ejemplo, la complicada silueta de Baco.